Los terrenos en zonas rurales se han convertido en un nuevo atractivo inmobiliario no sólo para personas sino también para muchas inmobiliarias que han establecido nuevos proyectos aquí. Estos lugares han evolucionado en propósito y uso a través de los años, y actualmente reúnen los servicios necesarios para proyectarse al futuro (accesos a servicios básicos, terrenos regularizados, documentación y escrituras y cercanía con caminos y carreteras importantes en los casos de que se encuentren relativamente cerca de las ciudades como ocurre en la Región de Coquimbo) con la comodidad de vivir e invertir lejos de las zonas urbanas.
Muchas veces la compra de un terreno rural suele ser una inversión importante para las familias (al mismo nivel que puede ser la compra de su primera casa, por ejemplo), ya que es el punto de partida del desarrollo de un nuevo estilo de vida que difiere del urbano.
El ser propietario de este formato de urbanización confiere una serie de ventajas y beneficios que se reflejan en el corto, mediano y largo plazo.
En este artículo veremos 4 ventajas importantes de vivir e invertir en un terreno de zona rural y qué zonas de la Región de Coquimbo suelen ser las más demandadas para tal fin.
1.- La materialización del proyecto soñado en la naturaleza (en vez de hacerlo en la ciudad)
En respuesta al crecimiento urbano de las ciudades (y que en el caso de la región lo está haciendo hacia la periferia o en altura como los edificios), las zonas rurales se están convirtiendo en el “colchón” encargado de recibir a nuevos habitantes que por lo general huyen del crecimiento descontrolado de las ciudades y sus desventajas como la contaminación (acústica, lumínica y visual), el alto tráfico vehicular, la deficiente infraestructura vial o la pérdida de zonas verdes. En vez de hacer realidad este sueño del nuevo hogar en las ciudades, las zonas rurales se han convertido en la nueva gallina de los huevos de oro para invertir.
Adicionalmente, en estos tiempos de pandemia e incertidumbre económica, muchas familias están abandonando lo urbano para acercarse a lo rural. La búsqueda de tranquilidad en estas zonas son uno de los motivos que ha llevado al crecimiento de la venta de terrenos en estas áreas que reúnen todo lo necesario para un nuevo vivir.
2.- Menor estrés y preocupaciones diarias
Muy de la mano con el punto anterior, el estrés, las preocupaciones y la rutina de las ciudades ha traído consigo que muchas familias las abandonen para siempre y “reinicien” su vida en la ruralidad.
Esta migración inversa es cuanto menos sorprendente ya que, como sabemos, en el pasado gran parte de las personas dejaron el campo para establecerse en las ciudades para tener nuevas y mejores oportunidades de vida. Ahora que la sociedad está experimentando este fenómeno a la inversa debido a que muchas ciudades están viviendo un punto sin retorno de saturación y crecimiento, existen mejores condiciones para vivir en la ruralidad al contrario de décadas pasadas.
El abandono de las ciudades y la búsqueda de la tranquilidad definitiva ha llevado al crecimiento de este fenómeno que ha traído como consecuencia visible el establecimiento permanente y definitivo de las familias, un mejoramiento importante de la calidad de vida y la despreocupación de que lo puedan vivir en las urbes.
3.- La pandemia aceleró aún más el proceso de vivir en zonas rurales
La llegada de la pandemia hace más de 2 años cambió las cosas para siempre (y en todo aspecto). Los encierros por cuarentenas y la incertidumbre posterior generada por la enfermedad causaron un daño importante en la salud mental y física de muchas personas y forzó a familias completas a cambiar su forma de vida, sobre todo las residentes en áreas urbanas.
Este punto igualmente va muy de la mano con los 2 anteriores ya que siempre se buscaron formas de minorizar los efectos de la enfermedad en la salud y olvidarse de las cosas negativas que ocurren en las ciudades, por lo que migrar a zonas rurales de forma permanente sigue siendo la mejor opción para dejar de lado lo sucedido (y que aún sigue, pero en menor gravedad).
Cabe recalcar que aquellas personas o familias que viven en espacios reducidos, especialmente en departamentos o en casas de dimensiones pequeñas y con pocos o nulos espacios verdes para el esparcimiento, suelen ser las más afectadas por el encierro, por lo que optar a terrenos rurales con mayores metros cuadrados es la forma más conveniente de compensar el encierro vivido a lo largo de este tiempo.
4.- Aire y entorno limpio y mucha naturaleza
Si hay algo que destacar de las zonas rurales (principalmente las más alejadas de las ciudades) es que reúnen ciertas características que las hacen muy especiales. En muchos casos la ausencia de iluminación en calles o pasajes y terrenos muy separados entre sí (si hablamos de lugares relativamente poco habitados y con poco o escaso ruido producto de alguna fuente artificial), lleva a disfrutar de, por ejemplo, cielos nocturnos completamente limpios (sin rastro de contaminación lumínica) o de escuchar el ruido de la flora o fauna local o cursos de agua cercanos.
La contaminación presente en la mayor parte de las ciudades ha sido la gran responsable de la privación de estos elementos únicos de la naturaleza. El ruido, la iluminación nocturna, el smog o la pérdida de zonas verdes en detrimento de la expansión urbana convierten a las urbes en algo monótono y cada vez más gris. En estos casos, siempre es mejor optar por terrenos rurales que estén bien alejados de las ciudades y sus fallas, ya que estos lugares concentran mejor sus encantos naturales tanto de día como de noche.
¿Y qué pasa con la Región de Coquimbo? ¿Dónde podemos encontrar los mejores terrenos rurales para vivir e invertir?
La región sigue predominando en lo que zonas rurales se refiere. A pesar del rápido crecimiento de las 3 principales ciudades como lo son La Serena, Coquimbo y Ovalle, gran parte del territorio regional respira aires campestres que han sobrevivido tanto al cambio de uso de suelo, la migración desde las ciudades e incluso a factores tan críticos como las sequías, las escasas lluvias o las olas de frío invernales.
Los 3 principales valles de la región, que se han formado y desarrollado en torno a sus ríos respectivos (Elqui, Limarí y Choapa), son la atracción principal de quienes deciden establecer su nuevo hogar aquí.
Pero sin duda alguna el Valle de Elqui ha sido el de mayor protagonismo. Su geografía, recursos naturales, turismo, historia, misticismo y leyendas son algunos de los argumentos que han llevado a muchas familias a establecer su segundo hogar aquí.
A lo largo de más de 90 kilómetros de extensión podemos apreciar cómo las zonas agrícolas se han ido mezclando con nuevas urbanizaciones a través de la carretera internacional principalmente desde la zona oriente de La Serena hacia el límite administrativo con Vicuña.
Localidades como Altovalsol, Quilacán o La Calera, poblados relativamente cercanos con la capital regional, son algunos de los principales destinos preferidos para iniciar una nueva vida rural y que actualmente cuentan con una oferta y demanda importante de terrenos rurales en venta.
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